Ao amor
MARIA JOSEFA MUJIA-AL AMOR
Idolo falso que el mortal adora
Y que insensato te erigió un altar,
Por quien el hombre su miseria llora,
De quien recibe sólo un gran pesar.
***
Jamas canté‚ tus triunfos, niño ciego;
No herirme pudo tu temible arpón;
De tus saetas, de tu ardiente fuego,
Conservo ileso y libre el Corazón.
***
Nunca manché‚ las cuerdas de mi lira
Regando en ellas llanto de dolor
De engaños mil que tu deidad respira,
Con que penas sin fin causas traidor.
***
Mi puro labio de tu copa impía
Jamas gustó la emponzoñada miel,
Que al brindar viertes con sagaz falsia
Muerte, veneno y amargura y hiel.
***
Nunca mi oído se inclinó a tu acento;
Siempre tu halago lo creí falaz.
Mi alma inocente no perdió un momento
Su dulce calma, su tranquila paz.
***
Nunca cantar, tirano, tu victoria
Ni tnributarte vil adoración
Es mi laurel, mi orgullo, dicha y gloria
Y el más grato placer del corazón.
***
Si mi mejilla en llanto se humedece
Y si en el corazón hay amargor,
Si en la angustia, la dolencia crece,
no es del acíbar de tu copa, amor.
***
No te conozco, y de esto me glorío !
Tu nombre odioso escucho con horror,
Y al ver que causas males mil, impío,
Te dice el labio: Maldición, amor!
***
Sé que interés te vence, abate, humilla;
Sé que los celos te dan gran temor;
Sé que el mortal te inclina la rodilla.
Yo te desprecio y te maldigo, amor!
Idolo falso que el mortal adora
Y que insensato te erigió un altar,
Por quien el hombre su miseria llora,
De quien recibe sólo un gran pesar.
***
Jamas canté‚ tus triunfos, niño ciego;
No herirme pudo tu temible arpón;
De tus saetas, de tu ardiente fuego,
Conservo ileso y libre el Corazón.
***
Nunca manché‚ las cuerdas de mi lira
Regando en ellas llanto de dolor
De engaños mil que tu deidad respira,
Con que penas sin fin causas traidor.
***
Mi puro labio de tu copa impía
Jamas gustó la emponzoñada miel,
Que al brindar viertes con sagaz falsia
Muerte, veneno y amargura y hiel.
***
Nunca mi oído se inclinó a tu acento;
Siempre tu halago lo creí falaz.
Mi alma inocente no perdió un momento
Su dulce calma, su tranquila paz.
***
Nunca cantar, tirano, tu victoria
Ni tnributarte vil adoración
Es mi laurel, mi orgullo, dicha y gloria
Y el más grato placer del corazón.
***
Si mi mejilla en llanto se humedece
Y si en el corazón hay amargor,
Si en la angustia, la dolencia crece,
no es del acíbar de tu copa, amor.
***
No te conozco, y de esto me glorío !
Tu nombre odioso escucho con horror,
Y al ver que causas males mil, impío,
Te dice el labio: Maldición, amor!
***
Sé que interés te vence, abate, humilla;
Sé que los celos te dan gran temor;
Sé que el mortal te inclina la rodilla.
Yo te desprecio y te maldigo, amor!
0 Comments:
Post a Comment
<< Home