A hora do silêncio
Esther Seligson
Rescoldo para una evocación (fragmento)
" -Madre, abre tus brazos nuevamente,
desnúdame, mar adentro, con las yemas de los dedos.
Soñaba.
Me soñaba hundida en el destello de sus ojos.
Abismo en el abismo, a tragos cortos inhalaba
mi exhalación, y mamé de su cólera el sosiego.
Con trece espinas de luz tañía el Danzante la rosa.
Con trece pétalos penetró mis sentidos: gavilla descendí, líquida de polen.
Con veintiséis pistilos colmó toda hondura y grieta.
Las aguas anegaron la memoria inútil, la casa
en ruinas, la raíz expuesta.
Limpia de cicatrices, vine a ser un resplandor
en el santuario, un cántico entre mis auroras dando
tumbos en la hoguera.
"Sacerdotisa en el centro del Árbol Yo soy la Reina de Bastos La totalmente Ella misma Si vienes tocón mutilado a ofrecer astillas Te abrasaré Si fueres tronco entero Tu grosura hermosearé Por mí se llega a la plegaria quieta.
" La hora del silencio borra mi huella.
Las arenas queman la planta del pie.
El bullicio de la fiesta bate en pleno.
Hoy me duele la vida como si fuera un tajo de cuchillo en las muñecas.
Me abruman los hechos de violencia que cunden el filo de mi propia recóndita agresión.
La hora del silencio.
Esa fracción de segundo cuando pausa la mar
y sobre el lomo de las olas somnolean las barquillas. "
Rescoldo para una evocación (fragmento)
" -Madre, abre tus brazos nuevamente,
desnúdame, mar adentro, con las yemas de los dedos.
Soñaba.
Me soñaba hundida en el destello de sus ojos.
Abismo en el abismo, a tragos cortos inhalaba
mi exhalación, y mamé de su cólera el sosiego.
Con trece espinas de luz tañía el Danzante la rosa.
Con trece pétalos penetró mis sentidos: gavilla descendí, líquida de polen.
Con veintiséis pistilos colmó toda hondura y grieta.
Las aguas anegaron la memoria inútil, la casa
en ruinas, la raíz expuesta.
Limpia de cicatrices, vine a ser un resplandor
en el santuario, un cántico entre mis auroras dando
tumbos en la hoguera.
"Sacerdotisa en el centro del Árbol Yo soy la Reina de Bastos La totalmente Ella misma Si vienes tocón mutilado a ofrecer astillas Te abrasaré Si fueres tronco entero Tu grosura hermosearé Por mí se llega a la plegaria quieta.
" La hora del silencio borra mi huella.
Las arenas queman la planta del pie.
El bullicio de la fiesta bate en pleno.
Hoy me duele la vida como si fuera un tajo de cuchillo en las muñecas.
Me abruman los hechos de violencia que cunden el filo de mi propia recóndita agresión.
La hora del silencio.
Esa fracción de segundo cuando pausa la mar
y sobre el lomo de las olas somnolean las barquillas. "
1 Comments:
At 3:42 am, July 19, 2005, Anonymous said…
ooooo me gusta mua tqm ursa
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